Si me vieras en la calle, probablemente me descartarías como un tipo promedio más.
Tampoco te imaginarías que conseguí convertirme en una “super-estrella” en varios nichos, conseguir más de 9,3 millones de seguidores, ganar miles de dólares y ayudar a cientos de mis alumnos más cercanos a conseguir los mismos resultados, e incluso mejores.
Pero no siempre fue así.
Hace unos quince años estaba haciendo rap. Y allí…mmm… podríamos decir que no me fue tan mal, aunque no era mi destino. Hice un par de videos, grabé dos discos (uno de ellos fue masterizado en Abbey Road), pero hubo varios factores que no me jugaron a mi favor.
Por esa misma época estaba trabajando en un call center.
Vamos, era una mezcla entre Clark Kent y Superman (godinez de día y rapero de noche).
A los 30 años decidí que no quería morirme de hambre.
Un día me puse a buscar cómo hacer dinero en línea y mi vida cambió.
A partir de allí decidí aprender cómo ganar plata en Internet a través del marketing, ventas, copywriting, persuasión y demás habilidades necesarias.
Mi vida cambió.
Comencé a crecer páginas de Internet a cientos de miles (y hasta millones) de seguidores.
Por ejemplo: El Librero de Gutenberg. Una página de motivación personal.
De ahí seguí mi camino enseñándole a otros cómo hacer lo mismo que yo.
Ayudé a algunos emprendedores a crecer sus páginas de Facebook y a generar cientos de miles de seguidores:
Esto me dio la oportunidad de también ser invitado a Ferias del Libro y compartir mi experiencia.
Y a viajar por múltiples países y ciudades del mundo:
A partir de ahí hice un segundo emprendimiento llamado “Libro del Midas”.
En éste comencé a enseñar a otros cómo hacer marketing digital, ventas, copywriting y demás cosas que había aprendido antes.
Publiqué muchos ebooks al respecto, di entrenamientos en video y poco a poco me convertí en un consultor de marketing digital y después en un mentor.
Las cosas comenzaron a marchar bien.
Le di consultoría a muchos cracks que actualmente son referentes en sus nichos.
Le enseñé a otros a pasar de ganar $400-500 dólares al mes a tener empresas que facturan cientos de miles de dólares.
Salí en revistas y periódicos importantes:
Y por allí del 2021 me llamó la atención el mundo del crypto y las finanzas descentralizadas.
Empecé en un mercado nuevo y desconocido para mí (y en un idioma que no era mi lengua natal).
Sin embargo, fui documentando mi proceso y enseñándole a otros lo que aprendía vía Twitter.
Esto hizo que creciera mi audiencia en esa red social y me llevó a tener ofertas de trabajo muy jugosas (en una de ellas terminé aceptando y me volví el marketing lead de dos empresas, una que llegó al estatus de “unicornio” por conseguir una valuación del mercado de 1,400 millones de dólares y que hacía 100 millones de dólares al mes de ingresos).
Fue una experiencia que me llevó a aprender a liderar un equipo de verdaderos genios del branding.
Sin embargo, tras el crash del crypto, me tomé un tiempo para valorar lo que realmente quería hacer…
…y me reencontré con la inteligencia artificial.
Verás, desde 2019 venía jugando con ella. Para 2021 (justo antes de volcarme al crypto) me habían dado acceso al beta de GPT-3 (el motor detrás de ChatGPT) tras haber usado otra inteligencia artificial para convencer al presidente de la compañía OpenAI, y a finales de 2022 comencé a tuitear más y más al respecto.
Al igual que con el crypto, rápidamente me empezaron a seguir varios de los influencers y eruditos de la IA.
Supongo que por azares del destino, me volví a encontrar en el mero “ajo”, porque al poco tiempo se lanzó ChatGPT y el mundo se volvió loco por la inteligencia artificial.
Unos días después del lanzamiento de ChatGPT entré como CMO (Chief Marketing Officer) en la startup de inteligencia artificial llamada Leonardo.Ai, la cuál llevé de 0 a 200,000 usuarios en tan sólo 3 meses.
Actualmente sigo allí.
Tengo a mi cargo a 5 personas.
Y claro, sigo teniendo mis negocios (Libro del Midas y El Librero de Gutenberg).